
"- ¿Quieres ir? - le pregunta la madre. El la mira y duda, en su interior se libra la misma batalla a la que está acostumbrado cada vez que quiere hacer algo nuevo.
Cuando se encuentra con un nuevo reto, una nueva experiencia, se forma en su interior una lucha entre dos bandos muy diferenciados, la ilusión por un lado y el miedo por el otro, el quiero y el no puedo.
Ella espera paciente, sabe que no es fácil para él, pero quiere ayudarle .
- ¿Recuerdas hace un año, en un columpio parecido a éste? fuiste tú quien me pediste subir - El niño lo recuerda vagamente, sigue mirando a su madre por unos segundos antes de bajar la mirada. Ella se agacha para estar a su lado y le coje las manitas, sin entender muy bien por qué ahora duda más. Ha pasado un año y sus piernas son un poco más fuertes, aunque por otro lado, también es más consciente de sus limitaciones y del peligro. No poder subir tan alto ni tan rápido como los otros niños, también le cohibe.
- ¿Quieres ir? - susurró su madre con voz dulce, y él la mira y ve una sonrisa tierna, de amor, de confianza, de seguridad.
- Sí - dice el niño por fin
- Anda, pues ves, pero tú sólo.
El niño baja de su silla que aun le ayuda a desplazarse, aunque menos que hace un año y camina despacio hacia la estructura de hierro y cuerdas dónde le espera su hermano
- Vamos Sergi, sube ! - le dice colgando de unas cuerdas y feliz de verle allí - yo te ayudo.
Sergi sonrie por primera vez, se coje a una de las cuerdas con sus manitas y pone un pié en la cuerda más baja...."
A sergi porque algún día subirá hasta arriba y lo hará él sólo... se lo prometí .
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