miércoles, 1 de julio de 2009

Ayer te vi marchar ...



Ayer de nuevo me senté en esa roca para verte marchar. El mismo silencio de cada tarde me envolvía, me cobijaba.
Como cada noche, te fuiste muy despacio, supongo que esperabas que te viera, o es que realentizabas el momento de la separación.
Poco a poco tu luz se fue apagando, tus largos y cálidos dedos acariciaban mi rostro tan suavemente como te marchabas.
Sentada en esa gran piedra, te miraba sin decir nada. Una vez más, una lágrima escapó de su escondite y se deslizó por mi mejilla. Sólo una pero aun así, al verla tú sabías que volvería al día siguiente. Y hoy me volveré a sentar en esa fría piedra, para verte marchar. Te despediré en silencio, como cada tarde. Como siempre, esperaré que me acaricies antes de irte. Otra lágrima te dirá “adiós, vuelve mañana”. Y escucharé en silencio como me dices “adiós, hasta mañana”.

2 comentarios:

  1. A veces nos creemos que por ir mas lejor vamos a sacar mejores fotos y a veces las tenemos en la puerta de casa....

    Un beso

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  2. Demasiadas veces pasa, que no miramos ni valoramos lo que tenemos cerca,simplemenmte porque ya lo tenemos vito, nos parece menos bonito.

    Un beso Billy :-)))

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