sábado, 27 de junio de 2009

Mira la luna...


Cuando me haya ido, mira la luna.

Contempla su luz, escucha su silencio, siente su calma.

Cuando me haya ido, búscala aun cuando las nubes quieran esconderla. Aunque no la veas, ella estará ahí, permanecerá contigo todas las noches, haciéndote compañía, consolando tu pena, escuchando tus lamentos, aplacando tu llanto, secando tus lágrimas....

Su luz te cobijará en las largas y solitarias noches.

Cuando me haya ido, búscala y háblale. Piensa que yo, esté donde esté, también la estaré mirando y, también todas las noches me hará compañía, consolará mi pena, escuchará mi lamento, aplacará mi llanto, secará mis lágrimas.

Cuando me haya ido, mira la luna, que yo también la estaré mirando.


(La luna desde El Pueyo de Barbastro, Huesca )

viernes, 26 de junio de 2009

Algún día...


"- Quiero subir.
- No puedes.
- ¿Por qué?, yo quiero subir....
- Cariño, sabes que no puedes.
- Pero todos han subido - insiste el niño.
La madre hace una pausa y, mientras mira esos niños jugando y riendo en la estructura, siente un dolor tan intenso como habitual.
Respira hondo y aprieta la manita de su hijo que la observa en silencio resignado pero con la esperanza de que esta vez sea diferente, que esta vez le diga que sí.
Ella abre bien los ojos esperando que la suave brisa del mar le seque las lágrimas que le abrasan los ojos, y luego mira a su pequeño. Sus miradas se cruzan durante unos segundos intensos, interminables, llenos de silencio y llenos de súplica por parte de él y de dolor por parte de ella.
- Está bien, vamos - dice ella por fin.
Tras 8 años oyendo siempre que no, el pequeño no puede creerlo y sonríe.
Ella lo coge en brazos y se aleja de la silla de ruedas en dirección a ese monstruo de hierro y cuerdas lleno de niños de la edad de su hijo que suben y bajan sin parar de reir. El pequeño la abraza y empieza a sentir miedo mientras su madre se traga su propio pánico y le sienta en una de las cuerdas sujetándole por la cintura.
- Anda, ponte de pie.
Con un gran esfuerzo, el pequeño consigue que sus frágiles piernecitas que a duras penas le aguantan de pie en suelo firme para andar, le aguanten sobre esa cuerda inestable y sonríe feliz. Ella, que no le suelta ni un segundo, siente como el corazón se le llena de alegría y los ojos de nuevo de lágrimas.
- Quiero subir arriba de todo, mamá.
- Algún día, cariño, algún día subirás tú sólo, te lo prometo."

A Sergi, porque algún día subirá.... se lo he prometido.


(11/Diciembre/2008)

jueves, 25 de junio de 2009

¿Tú sueñas?



- ¿Tú sueñas?
- ¿Soñar?. no nunca
- ¿Nunca has soñado? Soñar es lo más maravilloso del mundo.
- ¿Ah, sí?, cuenta, cuenta....
- Verás, cuando sueñas puedes hacer todo lo que quieras, puedes conseguir lo que en la vida real te es imposible.
- ¿Cómo qué?
- ¡Todo! En los sueños, las flores nunca se marchitan, los pájaros siempre cantan alegres melodías
- ¿Y?
- En sueños puedes volar, sentir el viento acariciar tu rostro mientras atraviesas las nubes ... contemplar desde ahí los paisajes más bellos que hayas podido imaginar.
- Eso de volar está bien, empieza a gustarme eso de soñar, sigue, continúa explicando.
- En sueños, siempre eres correspondida por la persona que amas,
- Pero no es lo mismo, me refiero a que no puedes sentir...
- En los sueños sí que es real, y sí que puedes sentir. Puedes temblar con su mirada profunda, ruborizarte con su tierna sonrisa, o estremecerte bajo sus suaves caricias. Todo eso lo puedes sentir también.
- ¿En serio? ¿tú has sentido eso?
- Claro que sí.
- ¿Sabes qué?, esta noche quiero soñar.....



Dolços somnis...
Dulces sueños....

miércoles, 24 de junio de 2009

Yo


No recuerdo la primera vez que usé una cámara de fotos, supongo que sería la que me regalaron para mi Primera Comunión, como a tantos otros niños.
Desde entonces ya empezó a gustarme eso de la fotografía y debía ir bastante en serio ya que, a los 12 años, mi padre ya me regaló una canon profesional y un objetivo 70-200mm.

Recuerdo la de horas que pasaba haciendo fotos por el jardín de la casa de veraneo, y recuerdo también que eso me servía para no salir en las fotos familiares, ya que las hacía yo. Era la excusa perfecta para no salir en ellas, ya que no me gustaba, y sigue sin gustarme ahora, salir en las fotos.
Supongo que a causa del problema que suponía tener que revelar todas las fotos, esa afición se fue desvaneciendo hasta que llegó la era digital y el gran invento de las cámaras digitales que me permitían hacer miles de fotos sin gastar un céntimo para poder ver los resultados, y esa afición se convirtió por fin en una pasión.

También hacia los 9 años, se despertó mi vena literaria. A esa edad escribí mi primer cuento, basado en unos perros que vivían una intrépida aventura, un cuento que aún recuerdo con nostalgia y una sonrisa. La pasión por la escritura sí que la he podido ir cultivando a lo largo de los años, una libreta y un bolígrafo nunca faltan en mis enseres personales, incluso ahora con los ordenadores, sigo prefiriendo el papel, sólo el placer de escribir a mano se puede comparar al de pulsar el disparador de la cámara de fotos.

Y mi tercera pasión, igualmente importante, es la música, siempre que escribo, lo hago con música, o cuando retoco las fotografías. En ambos casos me ayuda a inspirarme. El Ipod se ha convertido en una parte de mi, igual que la cámara de fotos o los bolígrafos.

Y esas son las tres aficiones-pasiones que me describen como soy.